Esterilización decomida lista para comer: un vínculo clave para garantizar la seguridad alimentaria
Los alimentos listos para consumir estarán expuestos a diversos microorganismos durante su procesamiento. Desde la selección y el transporte de las materias primas hasta el procesamiento y el envasado de los alimentos listos para consumir, existe el riesgo de contaminación por bacterias, hongos, virus, etc. Por ejemplo, las verduras frescas pueden contener bacterias dañinas como Escherichia coli y Salmonella, y las materias primas cárnicas pueden contener bacterias resistentes al calor como Bacillus. Si no se esterilizan de forma eficaz, estos microorganismos se multiplicarán en gran número durante el almacenamiento y el consumo de los alimentos listos para consumir, lo que provocará problemas de salud, como intoxicaciones alimentarias, para los consumidores.
De acuerdo con las normas nacionales de seguridad alimentaria, los indicadores microbianos de los alimentos deben controlarse dentro de un rango seguro. La esterilización de las comidas preparadas puede garantizar que cumplan con estas estrictas normas, reducir la probabilidad de enfermedades transmitidas por los alimentos y proteger la salud de los consumidores.
El crecimiento y la reproducción de microorganismos es una de las principales causas del deterioro de las comidas preparadas. Mediante un tratamiento de esterilización, se puede eliminar o inhibir eficazmente la actividad de los microorganismos, lo que prolonga la vida útil de las comidas preparadas.
Principio: Utilizar el calor del vapor a alta temperatura para matar microorganismos. El vapor puede penetrar el envase de la comida preparada (si es un envase respirable) o formar un ambiente de alta temperatura en la superficie de la comida preparada. Generalmente, la temperatura es superior a 100 ℃, por ejemplo, el vapor a alta temperatura a 121 ℃ puede matar eficazmente la mayoría de los microorganismos, incluido el Bacillus.
Principio: Una vez envasada la comida preparada, se coloca en un esterilizador de alta temperatura y se esteriliza mediante el calor transferido por agua caliente. La temperatura del agua caliente suele rondar los 121 ℃. El tiempo se ajusta según el tipo de comida preparada y la forma del envase, y suele durar entre 15 y 30 minutos. Este método es relativamente suave y adecuado para algunas comidas preparadas que son sensibles a la temperatura, como las comidas preparadas de verduras que contienen nutrientes que se destruyen fácilmente a altas temperaturas.